La Revoltosa y El Bateo se representan en programa doble en el Teatro de La Zarzuela de Madrid
Dentro de la actual temporada que ofrece el teatro de La Zarzuela, se representan en programa doble El Bateo y La Revoltosa, dos sainetes líricos clásicos cuyo reclamo está llenando a diario el prestigioso coliseo madrileño. El delicioso libreto de ambas zarzuelas está brillantemente interpretado por un numeroso y eficaz elenco formado por más de una treintena de artistas entre actores, bailarines y figurantes entre los que destacan Javier Franco, José Manuel Zapata, María Rodríguez, Milagros Martín o Sofía Esparza. Respecto a las inmortales partituras son ejecutadas, como de costumbre, de modo magistral por la Orquesta de la Comunidad de Madrid, titular de este teatro bajo la dirección musical de Óliver Díaz.
De la cuestión escénica se ocupa el actor Juan Echanove y salvando esta parte artística fundamental, hay algo verdaderamente decepcionante en esta producción que desvirtúa por completo el mensaje de las dos obras maestras. Y es que, quizá huyendo de la estética castiza que necesariamente está arraigada a ellas y pretendiendo renovar osada e inútilmente la zarzuela española, ambos montajes cuentan con una elección de escenarios y de vestuario que sacan al espectador del argumento desde el instante en que se alza el telón.
En el caso de El Bateo, se ha optado por recrear un Lavapiés actual con tintes ochenteros, chabacano y zarrapastroso, con un mugriento andamio de fondo que simboliza el feísmo reinante y con personajes grotescos vestidos de mercadillo que nada tienen que ver con la trama original. Esto chirría plenamente con la maravillosa música del maestro Federico Chueca y el impecable libreto de Antonio Domínguez y Antonio Paso -a la sazón padre del genial dramaturgo Alfonso Paso- que se estrenó precisamente en este mismo teatro de La Zarzuela en noviembre de 1901.
Resulta totalmente anacrónico que no se haya querido situar la acción en la época correspondiente aunque afortunadamente sí se haya respetado fielmente el texto original, de manera que nadie comprende, por ejemplo, que los castizos organilleros que hacen huelga, vayan vestidos con trajes modernos y protesten en un escenario entre pancartas pintadas y carritos de supermercado abandonados en la vía pública.
En cuanto a La Revoltosa, en vez del típico patio de vecindad como el que había en las corralas madrileñas donde verdaderamente tiene lugar la historia, se plantea -en otro alarde de supuesto vanguardismo- un escenario industrial en el que se ve la estructura de un edificio aséptico y un neón que le otorga un aire de night-club de carretera. Tampoco tiene lógica, por citar uno de los casos más llamativos, que el pintoresco personaje de Candelas lleve una estrella de sheriff y vaya vestido como un vigilante jurado de polígono de periferia.
Por supuesto nadie luce ni un mantón ni una parpusa sino que esta evocadora zarzuela con libreto de José López Silva y Carlos Fernández Shaw y música del maestro Ruperto Chapí -una de las más populares junto a La verbena de la Paloma-, se transforma en una especie de cabaret en el que se intercalan varios números de ballet y tango argentino que deforman por completo la esencia original de esta gloriosa pieza estrenada en el desaparecido teatro Apolo de Madrid en noviembre de 1897.
Un lleno hasta la bandera y los extensos aplausos finales, reconocen la impecable labor de la orquesta y del elenco artístico que desempeña un trabajo formidable y no el estrepitoso fracaso que supone la escenografía y el vestuario elegidos para esta tosca versión que, de haberse realizado en otros tiempos, habría provocado un sonoro pateo pues dista drásticamente de los cuidadísimos y acertados montajes a los que el público de este teatro de La Zarzuela está acostumbrado.
El Bateo y La Revoltosa se representan en función doble en el Teatro de La Zarzuela de Madrid (C/ Jovellanos, 4) hasta el 27 de abril de 2025. Más información y venta de entradas en:
https://teatrodelazarzuela.inaem.gob.es/es/temporada/lirica-2024-2025/el-bateo-la-revoltosa