Una broma pesada que acaba en tragedia

La señorita de Trevélez se representa con una calurosa acogida en el teatro Fernán Gómez de Madrid

Carlos Arévalo

Los que amamos el teatro siempre agradecemos que en la cartelera se incluyan con frecuencia autores y títulos que pertenecen a nuestra amplísima Historia y repertorio como es el caso de don Carlos Arniches y La señorita de Trevélez. En esta ocasión es Juan Carlos Pérez de la Fuente quien dirige esta farsa grotesca como él mismo la define, con la que inaugura su nueva etapa al frente del teatro Fernán Gómez.


Tanto la dirección como el montaje en esta versión de Ignacio García May son verdaderamente acertados y originales, especialmente en las escenas de los balcones, y cuenta con un elenco formidable protagonizado por Silvia de Pé, Daniel Albaladejo, Daniel Diges y Críspulo Cabezas que realizan un trabajo actoral sobresaliente. Completan el reparto Marta Arteta, Óscar Hernández, José Ramón Iglesias, Edgar López, Noelia Marló, Julia Piera, Rodrigo Sáenz de Heredia, Natán Segado y Juan de Vera que desempeñan sus papeles con total entrega y eficacia.


La señorita de Trevélez se desarrolla en una ficticia ciudad de provincias llamada Villanea, donde una pandilla de jóvenes ociosos e imprudentes que se hacen llamar «el club de la guasa», planean y llevan a cabo una broma excesiva y de mal gusto con el único objetivo de divertirse riéndose de alguien. La cosa consiste en hacerle creer a doña Florita, una de las mujeres menos agraciadas del municipio, que un joven forastero la pretende. Lo que parece gracioso al principio, se torna en drama a medida que va pasando el tiempo y, al no desmentir tal embrollo, la chica se ilusiona y su hermano, uno de los hombres más poderosos y violentos del lugar, defenderá la felicidad de ella a cualquier precio.


Arniches, uno de los autores españoles más prolíficos y cotizados de su tiempo, nos hace reflexionar en esta trama tragicómica, sobre la necesidad de que consideremos odiosos los malos instintos, criticando a una juventud burguesa y desocupada que, con sus crueles bromas, no toma en consideración los sentimientos de los demás, un vicio muy nuestro y lamentablemente vigente todavía. Así, nos advierte también del peligro de reírnos de las desgracias ajenas y de la consiguiente culpabilidad, que no solamente recae en el que idea la burla sino en el que no se atreve a confesarla y en otros cómplices que participan directa o indirectamente en su ejecución.



La señorita de Trevélez es con otros títulos como Los caciques, Es mi hombre, La chica del gato o Don Quintín el amargao, una de las piezas más populares de este genial dramaturgo, levantino de origen y castizo de corazón. Esta obra se estrenó en el madrileño teatro Lara en 1916 con un elenco en el que brillaron como primeras figuras Leocadia Alba y Emilio Thuiller seguidos por un joven Pepe Isbert.

 

Tal fue su éxito que desde entonces se volvió a representar con excelente acogida en numerosas ocasiones como está ocurriendo en la actualidad. También se llevó a la gran pantalla en una primera película dirigida por Edgar Neville en 1935 y en una versión libre de Juan Antonio Bardem en 1956 titulada Calle Mayor, que se convirtió en uno de los mayores éxitos de su filmografía. La señorita de Trevélez se adaptó además para televisión en distintos espacios dramáticos de TVE como Estudio 1, Primera Fila o Teatro de Siempre.


La señorita de Trevélez se representa en la sala Guirau del Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid (Plaza de Colón, 4) hasta el 20 de abril de 2025. Más información y venta de entradas en: https://www.teatrofernangomez.es/actividades/la-senorita-de-trevelez


Valoración personal sobre 5: 🎭🎭🎭🎭

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