Recuerdos inolvidables con nuestro rockero más romántico

Lorenzo Santamaría ofreció un concierto en Madrid dentro de su gira de despedida


Carlos Arévalo

Una tarde fría y lluviosa, claramente desapacible no desanimó al público madrileño para acudir al teatro Rialto en el único concierto previsto en la capital española de Lorenzo Santamaría (Mallorca, 1946), uno de los solistas más populares desde la década de los 70 hasta hoy. El histórico intérprete, natural de la localidad balear de Santa María del Camino, de donde tomó su apellido artístico -pues se llama en realidad Lorenzo Roselló-, cumplirá el mes que viene 79 años. Desde hace casi dos, recorre España y algunos países hispanoamericanos donde sigue siendo muy querido, con su tour titulado Para que no me olvides en honor a la canción más emblemática de su extenso repertorio.


Sonaron los primeros compases de Apache de los legendarios Shadows. Tarjeta de presentación idónea para dar paso a una magnífica banda compuesta por cuatro músicos y una corista. Enseguida salió a escena Lorenzo Santamaría, protagonista absoluto de esta entrañable velada. Vestido de negro con chaqueta de lentejuelas roja y sus ya habituales gafas de pasta, abrió el recital con Quise ser una estrella del rock and roll para, a continuación, desgranar buena parte de su producción musical que abarca prácticamente seis décadas.


Haciendo gala de su origen mallorquín aseguró, con el arraigado acento que siempre ha conservado, que había traído ensaimadas para todos. El público reía y aplaudía sus ocurrencias y agradecía su inmensa y eterna sonrisa. Durante hora y media recordó una acertada selección de canciones que grabó desde sus inicios a mediados de los años sesenta en adelante. Rememorando su primer conjunto musical, los Z-66 con quienes llegó a coincidir sobre un escenario nada menos que con Jimmy Hendrix, interpretó una versión de Noches de blanco satén que popularizaron Moody Blues. También incluyó Por ese amor, una de sus primeras baladas en solitario así como algunos temas de su discografía que fueron muy célebres en México o Colombia como los titulados Piensa en mí o Llamarada. En plena forma y demostrando una energía inagotable, el veterano artista se movía e hidrataba continuamente, a veces sentándose para descansar y crear un ambiente más íntimo con el público.


Además cantó algunas piezas de su autoría como Adiós amor o Rosy así como otras canciones compuestas por compañeros como Juan Pardo y Pedro de Pecos que firmaron Tu y yo o Carlos Segarra, fundador de Los Rebeldes que le escribió Dos mujeres y un solo amor al nacer su primera hija. Uno de los momentos memorables de la noche llegó con una preciosa versión de Unchained melody, original de The Righteous Brothers, que dedicó a la memoria de Tony Ronald, queridísimo compañero con quien actuó durante años por toda España en espectáculos revival como Mágicos 60 o Míticos 70 donde también participaron otras figuras del pop-rock nacional como Micky, Karina o Jeanette. Con la emoción a flor de piel, el público en pie aplaudió su soberbia interpretación. En lugar de mecheros como se estilaban antaño, ahora son los móviles encendidos los que se mueven al compás de las baladas.



Otros de los éxitos más románticos de su larga trayectoria artística que sonaron en el coliseo madrileño fueron Te quiero a ti o Bailemos además de los dos temas más esperados Si tú fueras mi mujer, que dedicó a todas las mujeres, especialmente a las que sufren y Para que no me olvides, su canción más popular, tanto que hasta Julio Iglesias siempre tras el olfato del éxito, llegó a grabarla en italiano con el título Restiamo ancora insieme.


«He vuelto a grabar las canciones de siempre y alguna nueva para que sepáis que sigo aquí», dijo el mallorquín antes de recibir una sonora ovación y un ramo de flores de una admiradora. Y por si alguien dudaba de que Lorenzo Santamaría es uno de nuestros grandes rockeros de alma y de convicción, regresó con cazadora de cuero y gafas de sol para hacer un popurrí de clásicos del rock and roll como Pretty woman, All shook up, Roll over Beethoven y Jailhouse rock con los que derrochó una descarga de adrenalina final, mostrando su verdadero espíritu rebelde y bailando como en sus tiempos de juventud.


Ante el frío invierno que aguardaba fuera, transcurrió esta cálida velada musical donde la voz rasgada y mágica de Lorenzo Santamaría acarició los corazones allí presentes con sus bellísimas canciones que, mientras haya gentes sensibles, seguirán siendo inolvidables.


Todas las próximas fechas de la gira de Lorenzo Santamaría en:

https://www.moonwrecords.com/portfolio/lorenzo-santamaria/

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