El Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa acoge una impresionante exposición sobre la historia de la zarzuela
Carlos Arévalo
Bajo el título La Zarzuela, patrimonio de la Hispanidad. Crónica cantada de nuestra vida se exhibe en Madrid una de las más completas y documentadas muestras que se hayan organizado hasta la fecha sobre nuestro arte más querido, que en este año además ha sido declarado oficialmente como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Comisariada por el catedrático Emilio Casares, se trata de una magnífica retrospectiva que recorre los más de cuatro siglos de historia de la zarzuela, ahondando en sus raíces populares y en los géneros que la componen, reivindicando sus más de mil compositores y libretistas y quince mil obras entre España y América y exponiendo una impecable selección de documentos y objetos originales.
Este amplio homenaje a la zarzuela alberga numerosos trajes, figurines -incluyendo una exquisita colección realizada por Vitín Cortezo o Álvaro Retana-, libretos, partituras, carteles firmados por inolvidables artistas como Penagos, programas de mano, preciosas maquetas de grandes montajes. bocetos de escenografías como las de Wolfgang y Sigfrido Burmann o Gil Parrondo, caricaturas de Sirio, Ugalde y otros excelsos dibujantes, fotografías -muchas de ellas autógrafas-, retratos y cuadros procedentes de distintos fondos como el de Los poetas contemporáneos, la obra más famosa de Esquivel prestado por el Museo del Prado, además de verdaderos tesoros entre los que destaca la corona que llevó en 1910 la actriz Julia Fons en La corte del Faraón y que protagoniza el cartel de esta cuidada exposición que ningún apasionado de nuestra Cultura debería dejar de visitar.
Carlos Arévalo
Uno de sus más acreditados representantes, Francisco Asenjo Barbieri, la definió de este modo: «la zarzuela es un espectáculo de muy difícil composición, no solo por el género mixto a que pertenece, sino también porque es necesario que el músico y el poeta identifiquen sus ideas para producir una obra de este género que tenga la posible perfectibilidad». Mientras el visitante recorre con ávida curiosidad esta colosal retrospectiva, a modo de banda sonora lo acompaña una pegadiza selección de piezas pertenecientes a nuestras más famosas zarzuelas que muchos tararearán de manera automática.
La verbena de la Paloma, La Revoltosa, La Gran Vía, El barberillo de Lavapiés, Doña Francisquita, La rosa del azafrán, Luisa Fernanda, Agua, azucarillos y aguardiente, El año pasado por agua o El bateo son algunas de las numerosas obras maestras que rescata esta muestra. Asímismo, nos propone una profunda inmersión en las entrañas de la zarzuela, conociendo su origen como espectáculo cortesano en el siglo XVII y su evolución hasta la actualidad, desgranando y diferenciando también los diversos géneros que definen a nuestro arte más popular como el sainete, el género bufo, el género chico, la zarzuela grande, el drama lírico, la opereta o genéro híbrido así como los géneros frívolos que abarcan el denominado ínfimo, la revista o la comedia musical.
Ligados a todos ellos, nos permite recordar una nómina interminable de brillantes compositores, escritores o intérpretes como Barbieri, Chueca, Bretón, Chapí, Gaztambide, Alonso, Vives, Padilla, Luna, Guerrero, García Morcillo, López Silva, De la Vega, Muñoz Seca, Arniches, Vital Aza, Muñoz Román, Lucrecia Arana, Emilio Mesejo, Emilio Sagi, Luisa Vela, Rosario Leonís, Eugenia Zúffoli, Sélica Pérez Carpio, Celia Gámez o Zori, Santos y Codeso entre tantas figuras imprescindibles, cuya capital importancia amparan estos versos del dramaturgo Eduardo Marquina: «Sus nombres, que en sus obras nos legaron, grabe el cariño en mármoles constantes. Por nuestra libertad se levantaron, el rumbo a nuestro paso nos marcaron, y somos hoy, porque ellos fueron antes».
La zarzuela toma su nombre del palacio madrileño donde nació como entretenimiento de la Corte. Partiendo de El golfo de las sirenas de Pedro Calderón de la Barca, que se considera la primera obra representada en 1657, y El laurel de Apolo del mismo autor, estrenada al año siguiente, este necesario tributo recorre con minuciosidad los siguientes siglos en los que se desarrolló, unida indisolublemente a la Historia de España y de varios países de Hispanoamérica, logrando su máximo esplendor a finales del XIX y su imparable irrupción con la entrada del siglo XX.
A pesar de una lógica decadencia, afortunadamente la zarzuela sobrevive en la actualidad gracias a que se continúan representando sus títulos más emblemáticos e incluso se han compuesto algunos nuevos que, si no adquieren la popularidad de antaño, al menos preservan y divulgan su espíritu original que tan acertadamente se refleja en aquello que declaró Manuel de Falla, uno de nuestros más notables compositores de todos los tiempos: «Soy de los que siempre han declarado su admiración para no pocas obras del género llamado zarzuela, grande o chica, que por tanto tiempo han ocupado nuestra actividad musical. Muchas de estas obras perdurarán como timbres gloriosos del arte español y su gracia melódica será difícilmente sobrepujada por nuestros compositores del presente y el porvenir».
La exposición La Zarzuela, patrimonio de la Hispanidad. Crónica cantada de nuestra vida se puede ver hasta el 12 de enero de 2025 en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid (Plaza de Colón, 4). Entrada gratuita.
Más información en: https://www.teatrofernangomez.es/actividades/la-zarzuela-patrimonio-de-la-hispanidad-cronica-cantada-de-nuestra-vida