Celebración: Un canto a la vida sin máscaras

Seis grandes cómicos veteranos desnudan sus emociones y vivencias profesionales

Fotografía: Coral Ortiz

Carlos Arévalo

Desde los tiempos de Tespis, dramaturgo griego considerado el padre del arte de Talía y el primer actor de la Historia, allá por el siglo VI a.C., el teatro ha sido y es algo mágico. El arduo ejercicio diario, físico y mental, de subirse a un escenario permite a los intérpretes el privilegio de gozar de diferentes vidas encarnando a diversos personajes y, luego, compaginar ese impagable bagaje con su existencia real. Ahora tenemos ocasión de asistir a una verdadera clase magistral a cargo de seis míticos actores y actrices, todos ellos mayores de setenta años, que ponen a disposición del público su sabiduría y experiencias en un hermoso y emotivo montaje cuya dramaturgia corre a cargo de Álvaro Lizarrondo y Luis Luque con dirección también de éste último.

Amparo Pamplona, Guillermo Montesinos, María Luisa San José, Paco Racionero, Ana Marzoa y Juan Ribó protagonizan Celebración, un apasionante recorrido por sus recuerdos de aquellos días de vino y rosas en que triunfaron en el teatro, el cine y la televisión. Con una atractiva puesta en escena a ritmo de documental, las citadas figuras rememoran algunos de sus mejores trabajos junto a inolvidables referentes artísticos con los que tuvieron la suerte de convivir como Adolfo Marsillach, Fernando Fernán Gómez, Miguel Narros o José Bódalo. También tienen lugar en este impecable despliegue de vivencias, los otrora entrañables cafés madrileños como el desaparecido Dorín, el tan cambiado Comercial o el aún superviviente Gijón, así como la extinta cafetería del «Mari Guerri», es decir, del Teatro María Guerrero o la legendaria sala de fiestas Bocaccio que funcionaban como sagrados templos de tertulias, lonjas de contratación y, por supuesto, rincones de bohemia y esparcimiento.

Como testigos presenciales de la Historia de España del último medio siglo, los seis actores salen excepcionalmente del papel que pudieran interpretar para ser ellos mismos y relatar, en primera persona y sin tapujos, sus impresiones más nítidas. Así nos invitan a regresar a los llamados dramáticos de Televisión Española en espacios como Estudio 1 o Primera Fila entre otros, obras de teatro adaptadas a la pequeña pantalla en una época en la que tan solo había dos canales en nuestro país. Otros momentos imborrables en sus trayectorias estuvieron marcados por la férrea y ridícula censura a la que estaban sometidos los espectáculos entonces, el llamado «destape» o la tan sonada huelga de actores de 1975, en la que, a pesar de las detenciones y dificultades sufridas, lograron entre otras reivindicaciones sociales, aquel necesario día de descanso, cuya ausencia rebasaba con creces el respeto a la profesión y a la dignidad laboral agravada, además, con dos agotadoras funciones diarias.



En Celebración responde este irrepetible elenco a eternos interrogantes inherentes al oficio actoral como su opinión acerca de la formación en escuelas o por la vía intuitiva, sobre los injustamente llamados actores secundarios, la vanidad del artista, la necesidad de continuar en la brecha, los achaques de la vejez, los rituales antes de salir a escena, los consejos a las nuevas generaciones o la importancia capital de la vocalización. En definitiva y como bien nos inculcó el ya citado Pepe Bódalo, esta nueva apuesta escénica contribuye enormemente a fomentar el amor al teatro que es, de alguna manera, el amor a la vida, algo que siempre será motivo de celebración.

Celebración se puede ver en la sala Fernando Arrabal de Las Naves del Español (Matadero) hasta el 23 de octubre de 2022.

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