La Comunidad de Madrid rinde homenaje al genial José Luis Alonso con la exposición Una vida para el teatro
Carlos Arévalo
Tras cumplirse el centenario de su nacimiento el pasado año, una merecida y justa retrospectiva titulada Una vida para el teatro, recupera la figura de José Luis Alonso Mañes (Madrid, 1924 - ídem, 1990), un director de escena moderno, valiente, innovador, humano y de los más sobresalientes en el teatro del siglo XX en España.
La exposición refleja el apasionante periplo de este ilustre madrileño desde la década de los cuarenta con sus primeras experiencias teatrales, en adelante. En los años cincuenta dirigirá exitosos montajes tanto de autores clásicos como contemporáneos para la compañía de la actriz María Jesús Valdés con los que recorrerá parte de nuestra geografía y, a partir de 1960, llegará su consagración al frente del teatro María Guerrero de Madrid.
Allí llevó a la escena con mano maestra, inolvidables montajes como El jardín de los cerezos de Chéjov, Eloísa está debajo de un almendro de Jardiel Poncela, La loca de Chaillot de Giradoux o Los verdes campos del edén de Antonio Gala entre otros magníficos títulos del repertorio nacional e internacional. En aquel coliseo entablará relación profesional y de amistad con un nutrido elenco de actores y actrices como José Bódalo, Antonio Ferrandis, María Fernanda D'Ocón o María Dolores Pradera, a los que dotará de un prestigio interpretativo de primer orden.
En la década de los setenta, revolucionará las tablas con El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Bretch cuyas representaciones llegarán a prohibirse por el franquismo, la aplaudida adaptación de la novela de Pérez Galdós, Misericordia que supuso uno de los mayores éxitos de su carrera o La carroza de plomo candente de Francisco Nieva entre otras vanguardistas propuestas.
En los años ochenta dirigirá el teatro Español, el Centro Dramático Nacional o el teatro de La Zarzuela, montando óperas y zarzuelas siempre de manera brillante y alternándolas con otras obras tan distintas como Panorama desde el puente de Miller, El pato silvestre de Ibsen o El alcalde de Zalamea de Calderón de la Barca. Los últimos títulos que estrenó fueron La dama duende nuevamente de Calderón y Rosas de otoño de Jacinto Benavente. Su impecable trayectoria como director a la altura de nombres como José Tamayo o Adolfo Marsillach le hizo merecedor de los más altos galardones de su oficio como el Premio Nacional de Teatro o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
La mayoría de actores que trabajaron con él coincidían en asegurar que era un excelente director artístico, además de una persona de conducta intachable, aprendiéndose los distintos papeles de cada función y representándolos en los ensayos cuando era necesario para que los intérpretes pudieran entender mejor cómo quería que los hicieran. De pequeña estatura pero de colosales dimensiones como profesional, este genial director fue un hombre muy reservado en el aspecto personal, arrastrando una profunda depresión que lo llevó a poner fin a su existencia, trágicamente, en el otoño de 1990.
En esta muestra encontramos también varias piezas del vestuario de algunas obras que dirigió, bellísimas reproducciones de diseños de escenografía de Emilio Burgos, Vitín Cortezo, Wolgang Burman o Manuel Mampaso entre otros, magníficas fotografías de Gyenes, páginas seleccionadas de la hemeroteca e incluso notas manuscritas así como interesante documentación como algunas cartas dirigidas a Alonso de compañeros y autores como Paul Claudel o Luis Escobar y otras de él a Rafael Alberti o a Antonio Buero Vallejo, tratando siempre asuntos en torno al teatro.
Una vida para el teatro está comisariada por Luciano García Lorenzo y se complementa con un catálogo que incluye textos de personas que trabajaron con José Luis Alonso como el actor Jose María Pou o el director Manuel Canseco entre otros profesionales de la escena. Nadie que ame el arte de Talía o que se dedique a él tiene excusa para no visitar esta muestra que recupera una figura imprescindible de la Historia del teatro español.