La Tuna de Veteranos de La Coruña emocionó al público de Sada
Carlos Arévalo
Una brisa acariciadora envolvía y perfumaba la tarde en Sada, radiante y soleada como para lucir sus mejores galas en el día de San Roque, patrón de esta villa marinera. En la explanada ajardinada se situaba el magnífico escenario flanqueado de un lado por la bellísima ría y por el otro por la emblemática Terraza; enfrente, más de un centenar de personas aguardaban sentadas la actuación de la Tuna de Veteranos de La Coruña.
Y allí aparecieron diecisiete gentiles caballeros de espíritu jovial y acreditada experiencia. Ataviados con sus elegantes pañosas rebosantes de escudos bordados, cintas y recuerdos y acompañándose con sus diferentes instrumentos musicales, comenzaron un inolvidable recital. Frente a ellos giraba silencioso un hermoso carrusel modernista a modo de remate ornamental de este marco idóneo para la evocación. Suavemente comenzaron a desgranar sus melodías, ofreciendo a los presentes un ramillete de clásicos imprescindibles del folclore patrio como pasodobles, coplas, pasacalles o canciones populares gallegas y también del patrimonio musical de ultramar como boleros, rancheras o habaneras. Así fueron entrelazando canciones eternas como Las cintas de mi capa, Fonseca, En mi viejo San Juan o Viajera que en ese instante parecía especialmente dedicada a «La perla de las Mariñas» como cariñosamente se conoce a esta localidad coruñesa.
Con su simpatía, su sentido del humor y sus afinadas voces, la Tuna de Veteranos de La Coruña continuó reviviendo los tiempos dorados de la juventud, las correrías universitarias, los lejanos romances bajo la ventana y las noches memorables de farra regadas con el vino hechizante de los mesones. Tampoco faltaron la eterna Clavelitos, La morena de mi copla, La estudiantina de Madrid o Tuna compostelana que arrancaron con los vibrantes acordes de Alborada gallega. Uno de los momentos más emotivos de la tarde llegó al dedicarle una de sus piezas a Celia, una vecina de Sada que cumplía cien años y, sentada en primera fila, seguía la actuación sin perder detalle.
La curtida agrupación de trovadores rindió también su particular homenaje a su ciudad entonando Bajo el cielo de Coruña, una hermosísima adaptación de una canción dedicada en su origen a la portuguesa Coimbra. Después vendría el siempre coreado popurrí de temas populares en gallego que incluyó A saia da Carolina, Na veira do mar o Vivir na Coruña y que, al cambiar la letra por Sada, desató una ovación general. Dicho ayuntamiento ha logrado en esta ocasión un gran acierto al apostar por la conservación de las buenas tradiciones, detalle que no debería faltar en la programación de fiestas de ningún pueblo de España.
Cuando la noche canicular comenzaba a dejarse caer, perezosa, vistiendo lentamente de plata la ría, estos bardos coruñeses que llevan en activo desde 1992 y han grabado varios discos, se despidieron tras hora y media besando al público con sus coplas y rescatando nostalgias y emociones que resuenan para siempre en el alma de los que un día las vivieron.
Para más información sobre la Tuna de Veteranos de La Coruña y sus próximas actuaciones: https://tunadeveteranos.es/