El arte de inmortalizar la ausencia y lo anónimo

 La gran exposición pictórica sobre la obra de Amalia Avia llega a Madrid



Carlos Arévalo

No suele darse habitualmente la oportunidad de embriagarse de aquella pátina oscura pero indudablemente atractiva que emanaba de la estética vintage de comercios, portales y encuadres diversos que tuvo Madrid hasta hace no tanto tiempo. Ahora sin embargo es posible recorrer aquellos escenarios exteriores e interiores, no solamente de la capital sino de otras ciudades y pueblos de España, gracias al impactante talento y a la depurada técnica de la pintora manchega Amalia Avia (Santa Cruz de la Zarza, 1930- Madrid, 2011). Bajo el título de uno de sus cuadros más emblemáticos, El Japón en Los Ángeles se puede disfrutar gratuitamente en Madrid de esta magnífica retrospectiva, la más importante de los últimos 25 años, sobre su cotizada pintura.

Se trata de una exquisita selección de 110 piezas procedentes de las más exclusivas colecciones públicas y privadas, que realizó desde la década de los cincuenta cuando estudiaba en la academia de Eduardo Peña y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid hasta finales de los años noventa, convertida ya en una artista consagrada de la pintura realista. Amalia Avia, esposa del también pintor Lucio Muñoz fue amiga y compañera de generación de otros nombres imprescindibles de las artes plásticas como Antonio López, Esperanza Parada, Isabel Quintanilla, María Moreno o Julio y Francisco López Hernández.

La muestra comisariada por Estrella de Diego, está dividida en varias temáticas e incluye una amplia panorámica de su producción artística marcada, por una parte, por las obras de exteriores y edificios significativos de distintos barrios de Madrid y, por otra, por los interiores de diferentes estancias y la reproducción de objetos cotidianos. Camilo José Cela escribió de ella que era «la pintora de las ausencias, la cronista del por aquí pasó la vida marcando su amargura e inevitable huella de dolor».



La particular belleza de reconocibles paisajes urbanos madrileños como la Puerta del Sol o el arranque del Paseo del Prado así como de vetustos inmuebles con sus fachadas y puertas ajadas por el paso del tiempo, no fue imperceptible ante los ojos de esta singular artista que, como una atenta coleccionista de extinciones, realizó verdaderos reportajes documentales sobre una época irrepetible, captando de un original modo las atmósferas y legándonos un impagable catálogo de extraordinarios tiempos detenidos.

También fueron motivo de inspiración para ella, los recargados interiores de domicilios particulares de antaño que reproduce al detalle en su obra: comedores, cocinas, mecedoras, máquinas de coser y hasta una curiosa serie de camas donde refleja cuidadosamente la imborrable huella anónima y humana que marcó su pintura desde sus inicios. Amalia Avia aseguraba que pintaba lo que no podía fotografiar, utilizando la fotografía e incluso el recorte de periódico sencillamente como modelo. Gracias al material original recopilado en esta exposición, se puede comprobar el proceso creativo de esta prodigiosa artista, capaz de recomponer en sus lienzos la escena primitiva a su gusto, brindando así al espectador una traducción sentimental de lo que veía.

El Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia

Puede verse en la Sala Alcalá, 31 de la Comunidad de Madrid hasta el 15 de enero de 2023. Entrada gratuita.

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