El cantante y compositor Pedro Ruy-Blas celebra más de medio siglo en la música con la publicación de su nuevo disco Homo Ludens. |
Texto: Carlos Arévalo// Fotos: www.pedroruyblas.com
Ya está en la calle el nuevo disco de Pedro Ruy-Blas titulado Homo ludens (Dulcimer Songs, 2018). El gran
público lo recuerda por A los que hirió
el amor, la canción superventas con la que alcanzó la fama
artística en 1970 siendo apenas un chaval de veintiún años y que la censura
tachó de subversiva. Pero eso es solamente uno de tantísimos capítulos de su
biografía de la que ya lleva escritas más de 300 páginas. Antes, cuando
todavía era menor de edad, había formado parte de grupos musicales como Los Príncipes, Los Grimm y
luego Los Brisks o Los
Canarios, donde sustituyó como cantante a Teddy Bautista durante
el tiempo en que éste hacía «la
mili».
Pero en
realidad, Pedro Ample (Madrid, 1949) que toma su nombre
artístico Ruy Blas de la obra homónima de su admirado Víctor
Hugo, es uno de los más destacados difusores del jazz en España. Ahí es
donde ha demostrado su virtuosismo y ahí es donde siempre ha querido estar y
donde sigue, remando contra los vientos comercialoides de «Los 40 no sé qué».
Por eso, como en la novela de Fenimore Cooper, y ante la rigidez de
movimientos a la que por desgracia está sometido el jazz en nuestro país, se siente
uno de los últimos mohicanos de un estilo que bebió con verdadera sed musical
de las dulces fuentes de aquellos imprescindibles maestros norteamericanos y
después españoles que ya han desaparecido. Eran los tiempos de la base aérea de
Torrejón, de clubs como el Whisky Jazz de Madrid, de Horacio
Icasto, de Tete Montoliú, de Juan Carlos Calderón...
Un jovencísimo Pedro Ruy-Blas en los años sesenta, como cantante de uno de los grupos musicales en los que militó. |
Se le
considera un innovador por haber formado a mediados de los setenta como batería
y voz, el proyecto Dolores -nacido tras su disco de igual
nombre- junto a otras figuras del jazz como Jorge Pardo colaborando
activamente con leyendas como Paco de Lucía o Camarón,
y experimentando así deliciosas mezclas rítmicas con el mundo del flamenco.
Tras exprimir aquella aventura artística, retomó su carrera como solista con
fuerza y excelentes resultados, presentándose en los más prestigiosos
festivales y escenarios del mundo como Nueva York, San Sebastián o Zurich.
Cartel de Jesucristo Superstar. |
Como cantante
y actor de musicales es también Pedro Ruy-Blas todo un referente patrio al
haber representado montajes históricos como Jesucristo Superstar, Los
Miserables o Cats. A lo largo de estos más de cincuenta
años dedicado a la música además ha tenido tiempo para ponerle voz a dos
canciones en castellano para el cine, una en la película de Disney, El
emperador y sus locuras y otra en la de Dreamworks,
El príncipe de Egipto, amén de su participación en la película Cándida de Guillermo Fesser.
En este
recién estrenado mes de junio acaba de salir su último trabajo discográfico, ya disponible en todas las plataformas, titulado Homo ludens que, como los mejores
pucheros, ha sido rematado tras casi una década cocinándose a fuego lento
para que lo degustemos con entusiasmo y devoción. Una vez sometido a un
exquisito proceso de selección de temas y a una cuidada grabación, el disco presenta
once pistas, casi todas ellas de su autoría, incluyendo tres instrumentales.
Todos son temas nuevos que abre Agnus sei y cierra Agua
y piedra a excepción de una versión jazzística del archiconocido Viva
Las Vegas que lo adaptó en un principio para que lo cantara Gabino
Diego en su espectáculo y que, por ser una canción tan lúdica, lo ha
incluido en este trabajo.
Homo Ludens ya está a la venta. |
Todo melómano
que se precie debería escuchar y redescubrir los productos que nos brinda este
artesano de la música, un concienzudo investigador de las raíces culturales a
partir de las que después crecieron otros géneros. Consciente del monopolio
cruel y deshumanizado de las grandes emisoras radiofónicas y sellos
discográficos, Pedro que ha hecho este disco «para regalar a los amigos», sigue
su camino firme en sus pasos, fiel a su carácter, independiente en su criterio
e incansable en su oficio. Y así es como verdaderamente se consiguen los
propósitos.
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Música