El Puente de Los Franceses como testigo histórico

El Puente de Los Franceses se convirtió en uno de los símbolos madrileños durante la guerra civil española.


Carlos Arévalo

El Puente de Los Franceses es una de las construcciones más conocidas de Madrid tanto por su emplazamiento, se sitúa a la entrada de la ciudad por la zona universitaria, como por haber sido uno de los principales testigos de la guerra civil española. Este histórico viaducto ferroviario debe su nombre a la nacionalidad de los ingenieros que lo construyeron pasada la segunda mitad del siglo XIX. En concreto las obras duraron dos años desde 1860 hasta 1862. Consta de cinco ojos, tres de ellos bañados por el cauce del río Manzanares, y está construido en ladrillo rojo y granito. Antiguamente, lo cruzaban los grandes trenes expresos que partían hacia el norte o llegaban a la madrileña estación del mismo nombre, hoy rebautizada como Príncipe Pío. Actualmente sólo lo atraviesan los trenes de Cercanías.


El histórico puente durante su fase de construcción a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX.

Motivo de una canción bélica
A partir de 1936, la emblemática construcción aguantó en primera línea de batalla la terrible contienda fratricida. Y es que dicho puente separaba ambos bandos, el republicano que estaba en el lado de Madrid y el nacional que se encontraba en el otro. Debido a los bombardeos y disparos tuvo que ser reconstruido parcialmente en varias ocasiones.
Incluso en aquellos años de contienda, el Puente de Los Franceses tuvo su canción. Bajo el título de Coplas de la defensa de Madrid, los republicanos utilizaron la música del conocido poema de García Lorca, Los cuatro muleros para reflejar la resistencia de dicha pasarela en un cantar.
Bañistas en el río Manzanares durante la posguerra española.
Defensor de Madrid
El bando republicano apoyado por las Brigadas Internacionales luchaba para evitar la entrada en Madrid de las tropas nacionales. Precisamente el Puente de Los Franceses fue uno de los accesos más difíciles de atravesar para el ejército del general Franco.
El profesor Severiano Montero Barrado hizo alusión a este episodio en su libro Arqueología de la guerra civil en Madrid: «El ataque directo a Madrid se produjo entre el 7 y el 24 de noviembre de 1936. El plan de operaciones preveía una acción principal por la Casa de Campo para alcanzar la línea del Manzanares entre el Puente de Los Franceses y el Hipódromo; una vez allí las columnas de Asensio, Castejón y Delgado Serrano deberían virar al Este, atravesar el río y ocupar la Ciudad Universitaria; desde esta posición la entrada en la ciudad se haría por el Oeste: calle Princesa, Cea Bermúdez y Paseo de Rosales convergiendo hacia el Centro».
El batallón del comandante Romero resistió en el estratégico puente hasta que las columnas del general Varela lograron cruzar el Manzanares y ocupar los edificios al sur de la carretera de La Coruña. En cuanto a las marcas de disparos que todavía se distinguen en la estructura del puente, Montero Barrado escribió: «Las huellas de la guerra en el conjunto urbano todavía permanecen en los edificios de la Ciudad Universitaria, protagonistas de aquellos meses, en el Parque del Oeste, alguna parte del Puente de Los Franceses…»

Frida Knight (1910-1996).
Las cenizas de Frida
En el año 1937 llegó a Madrid una valiente inglesa llamada Frida Knight para trabajar como intérprete en la oficina de prensa de las Brigadas Internacionales y a la vez ayudar a los más desfavorecidos en una guerra, los niños. Vivió unos intensos meses la dura realidad del enfrentamiento hasta que la repatriaron a su país. Tal fue el flechazo que sintió con Madrid que cuando murió en 1996, algunos compañeros esparcieron sus cenizas bajo el Puente de Los Franceses cumpliendo así su expreso deseo.
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