Jano o la memoria sentimental y cinematográfica

La Biblioteca Regional de Madrid acoge una exposición imprescindible: JANO. Medio siglo de carteles e ilustración

Carlos Arévalo

Con cierto aire bohemio y aspecto entre cowboy y galán, Francisco Fernández-Zarza (Madrid, 1922-ídem, 1992) conocido como Jano, fue uno de los mejores dibujantes y cartelistas de cine que ha dado nuestro país en el siglo XX. Una muestra retrospectiva comisariada por su hijo, Víctor Zarza, recupera una exquisita selección de sus grandes trabajos presentados al público de manera impecable.

Este genial artista cuya figura ha sido rescatada de un tiempo de olvido gracias a esta iniciativa, ilustró más de 3.000 carteles a partir de 1945 y durante cuatro décadas, además de crear un ingente material publicitario como programas de mano, pressbooks, títulos de crédito, cubiertas de libros y revistas, carteles de teatro y de variedades, de exposiciones, de conciertos, portadas de discos... y es que el arte de Jano, mimado al detalle y visualmente impactante, mantiene viva la vinculación estética y sentimental con una época dorada para el cine y para la memoria cultural de los españoles.


La vocación artística se despertó en el madrileño a muy temprana edad. Ávido lector, cinéfilo empedernido y siempre atento a las ilustraciones que veía en las revistas, realizó su primera colaboración con tan solo cinco años, enviando un dibujo a la publicación infantil Macaco. Admiraba enormemente al cartelista José Bardasano y, poco a poco, y siempre de manera autodidacta fue haciéndose un nombre en el panorama artístico patrio como dibujante e ilustrador. Cuando la Gran Vía estaba plagada de cines y las películas se anunciaban con inmensos carteles dibujados a mano en las fachadas, Jano era uno de los más cotizados. Con su estilo único y su trazo inconfundible, inmortalizó en sus trabajos infinidad de clásicos del Séptimo Arte como Mogambo, Centauros del desierto, Bienvenido Míster Marshall, Atraco a las tres o La ciudad no es para mí, retratando a sus ídolos de la pantalla y a las más grandes estrellas de su tiempo tanto nacionales como internacionales.


La profesión, la crítica y el público reconocieron su talento desde el principio y sus caricaturas causaron sensación. Este «maestro del difícil arte del cartel cinematográfico» como lo definió su compañero de oficio Enrique Herreros, cultivó también una incontenible pasión por el Madrid castizo y típico que plasmó creando magníficas estampas de antaño que fueron expuestas y publicadas en distintas ocasiones.



Además de rendir el merecido tributo que merece su legado narrando su vida y obra, la exposición recoge algunos de sus objetos personales y materiales con los que dibujaba, así como carteles originales, programas de mano, bocetos, parte de colecciones personales que atesoraba o libros como la serie de novelas de aventuras El Coyote que, por supuesto, también ilustró.

Creador de una obra verdaderamente original, atractiva y magnética, pasear entre sus trabajos es todo un lujo para el visitante y un modo entrañable de recrear un tiempo único en la Historia del cine. El escritor Terenci Moix en una dedicatoria al propio artista le agradeció «haber llenado nuestras vidas de belleza» y contemplando su obra actualmente, lo sigue logrando.

La exposición JANO. Medio siglo de carteles e ilustración se puede visitar hasta el 15 de septiembre de 2024 en la Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina (C/ Ramírez de Prado, 3). La entrada es gratuita.



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