Juan Echanove dirige y protagoniza la adaptación teatral del clásico del cine Ser o no ser
Carlos Arévalo
El público no deja de aplaudir y los actores le corresponden saludando una y otra vez. El escenario del madrileño teatro La Latina decorado con inmensas esvásticas se convierte en una fiesta al final de cada función de Ser o no ser. Y es que a partir de la célebre película homónima realizada por Ernest Lubitsch y estrenada en 1942, se ha logrado adaptar a las tablas esta magnífica versión de Bernardo Sánchez dirigida por Juan Echanove, protagonista de dicho montaje. Junto al resto del muy acertado y brillante elenco compuesto por Lucía Quintana, Ángel Burgos, Gabriel Garbisu, David Pinilla, Eugenio Villota y Nicolás Illoro, Echanove realiza una de sus mejores interpretaciones teatrales que atrapa al espectador desde el primer momento.
Una magnífica puesta en escena potenciada por cuidados recursos audiovisuales logran recrear el ambiente que se pudo vivir en la Varsovia de 1939, momentos antes de la invasión nazi. La compañía de los actores Joseph y María Tura se encuentra representando en la capital polaca un repertorio que incluye la célebre obra de William Shakespeare, Hamlet. Mientras, el despiadado profesor Siletsky, espía de la Gestapo, custodia un comprometedor documento con los nombres de los miembros de la resistencia que está a punto de caer en manos de las temidas SS alemanas. Los actores terminarán envueltos en una disparatada trama de espionaje -con un triángulo amoroso de por medio- para tratar de destruir dicha prueba empleando para ello todas las artimañas a su alcance como sus propios decorados o su capacidad de caracterización.
Con el trágico marco de la II Guerra Mundial como fondo, Ser o no ser es un alegato antibelicista que plantea la supervivencia humana desde la comedia más hilarante, una inteligentísima apuesta con la que ya Lubitsch encandiló al público hace ocho décadas en su histórico largometraje protagonizado por Jack Benny y Carole Lombard. El ritmo de esta versión teatral va in crescendo y mantiene hasta el final la atención y complicidad de los espectadores que, entre risas, disfrutan enormemente de la interpretación de estos siete sobresalientes actores. No resulta en absoluto sencillo adaptar al teatro una película y menos una obra maestra del cine clásico pero en esta ocasión lo han conseguido. Ser o no ser ya no es la cuestión. La cuestión es ir a ver Ser o no ser una vez o muchas más.