Cuando Sunset Boulevard llegaba hasta Madrid

La actriz Ava Gardner en una de sus múltiples llegadas al madrileño aeropuerto de Barajas.

Carlos Arévalo
Para los amantes del séptimo arte supone todo un baño de nostalgia y para los más jóvenes puede ser un ejercicio para vencer la incredulidad, comprobar el gran estudio cinematográfico norteamericano en el que se convirtió Madrid a partir de 1953 y hasta finales de los años sesenta. Gracias al llamado Imperio Bronston que puso en marcha el poderoso productor de origen ruso, llegaron hasta la capital española los más importantes directores, actores y actrices del Hollywood de la época como Orson Welles, Nicholas Ray, David Lean, Frank Sinatra, John Wayne, Gary Cooper, Tyrone Power, Charlton Heston, Cary Grant, Ava Gardner, Grace Kelly, Audrey Hepburn, Rita Hayworth, Ingrid Bergman, Bette Davis, Gloria Swanson... Ahora una exposición fotográfica convenientemente titulada MAD about Hollywood recuerda aquel Star System que llenó nuestra ciudad de ídolos del celuloide que hasta entonces los españoles sólo habían visto en algunas películas pero que jamás se imaginaron que se los podrían cruzar por la calle.

Vinieron a España -también a Inglaterra e Italia- para rodar superproducciones millonarias que aquí eran mucho más económicas de realizar, tanto en el aspecto técnico como en el humano, por la existencia de escenarios naturales apropiados como la sierra de Guadarrama o por la facilidad que había para conseguir permisos de rodaje. Además, la posibilidad de diversión sin control que entonces había en un Madrid que no cerraba nunca pero con sueldos americanos, convertía el lugar en idílico a pesar de que todo ello transcurriera en pleno franquismo.

Vista aérea estudios Bronston en Las Rozas.
Así, se llevaron a cabo los rodajes repartidos entre seis estudios que eran los dos de Samuel Bronston, -el edificio que primero albergó los estudios Chamartín y el inmenso complejo de Las Rozas-, los estudios CEA, Sevilla Films, Ballesteros y CineArte todos ya tristemente desaparecidos. Largometrajes espectaculares como 55 días en Pekín, Doctor Zhivago, El Cid, La caída del Imperio romano, Rey de reyes, Salomón y la reina de Saba, Orgullo y pasión, Campanadas a medianoche o El fabuloso mundo del circo son algunos de los títulos legendarios que forma la larga relación de los que se desarrollaron en interiores y exteriores madrileños.

La muestra gráfica comisariada por Esperanza García Claver recorre en dos bloques aquellos años dorados del cine, On the set y Off the set, es decir, las instantáneas que pertenecen a los diversos rodajes y las de la vida cotidiana de las estrellas. Es emocionante ver escenas en el Monasterio de El Escorial, en La Pedriza, en el extinto Circo Price o en Hoyo de Manzanares así como la llegada de las cotizadas celebrities al aeropuerto de Barajas, sus paseos por El Prado o La Latina, su cocktail party en el museo de bebidas de Chicote y en el Nikka's -el bar que montó Nicholas Ray junto a la Avenida de América- o su tiempo de asueto en hoteles como el Hilton, el Fénix, el Ritz o el Palace.

Grace Kelly, princesa de Mónaco y admirada actriz, reza en la iglesia de Los Jerónimos. 
En esta exposición se brinda al espectador una ruta por el día a día de aquellos artistas a los que les cautivó la vida madrileña, tanto durante los descansos de los rodajes como al llegar la atractiva y bohemia noche. Los restaurantes en los que comían, las salas de fiestas, tablaos flamencos y ventas en las que quemaban la madrugada, las tiendas en las que dejaban cantidades indecentes de dinero, los lujosos hoteles y chalets en los que residían y los parajes en los que trabajaban se reflejan en esta exhibición documental sobre un Madrid libre lleno de posibilidades de trabajo y ocio, y sin horario. Irónicamente podríamos decir que igualito que ahora.

Ava , Lola Flores y El Pescaílla, de juerga en El Duende.
El desenfreno madrileño de Ava Gardner
La deslumbrante y siempre provocadora Ava Gardner fue indudablemente el icono de la farra y el desfase en ese tiempo. De todos es conocida la afición por la bebida y la noche que cultivó en sus años madrileños la actriz apodada «el animal más bello del mundo». En Madrid exprimió la diva su vida y su salud desde 1955 hasta 1968. Residió en el hotel Hilton, en un apartamento de la calle de Oquendo, en un hermoso chalet de La Moraleja llamado La Bruja y en el número 11 de la calle del Doctor Arce.
Aquí disfrutó y sufrió con la tormentosa relación que le unió a Sinatra, cerró todos los bares, bailó flamenco, toreó taxis en la Castellana, orinó desde las mesas, insultó al general Perón, se acostó con los que le vino en gana, se subió en el camión de la basura y se bebió hasta el agua de los floreros. Ava convivió en aquellas juergas nocturnas con los artistas y personajes españoles más destacados del momento como Sara Montiel, Carmen Sevilla, Carlos Larrañaga, Antonio «El Bailarín», Luis Miguel Dominguín, Lucía Bosé, Jaime de Mora y Aragón, Perico Chicote, Lola Flores, Antonio «El Pescaílla», etcétera.

El príncipe Juan Carlos y Heston.
Las imágenes que componen Mad about Hollywood son la huella de todo aquel fascinante universo que hoy nos parece impensable pues por desgracia ni tiene pinta de que pueda volver a repetirse un ambiente parecido en Madrid ni la mayoría de aquellos artistas viven para contarlo. Tan sólo algunos nombres como Sophia Loren, Claudia Cardinale o Gina Lollobrigida podrían evocar el tiempo en que aquel Madrid era una prolongación de Sunset Boulevard.

La exposición MAD about Hollywood se puede ver en la sala El Águila de Madrid (C/ Ramírez de Prado, 3) hasta el 14 de octubre de 2018. Entrada libre.
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