![]() |
A todo amante de la estética y el diseño
le va a interesar Toulouse-Lautrec
y los placeres de la bélle-epoque, una
muestra que refleja la época dorada del París vanguardista, colorido y canalla
que se vivió a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
De las sesenta y cinco litografías
expuestas, treinta y tres están firmadas por Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901),
artista de fama universal que supo plasmar la bohemia en sus carteles como
nadie, y quizá éstos han llegado hasta nuestros días con más fuerza que su
pintura. Las obras restantes pertenecen a coetáneos suyos que también fueron
brillantes. Eran los tiempos de esplendor de los cabarets y
cafés-concierto embriagados de humo y lujuria, con espectáculos audaces que
cada noche llenaban Le Moulin Rouge, Le Chat
Noir, Les Folies Bergères...
Aquella modernidad fue una verdadera explosión para el arte parisien que supuraba libertad y reivindicaba los placeres prohibidos mientras en la calle, la revolución industrial transformaba la sociedad a pasos agigantados aunque menos frenéticos que en aquellos templos de ilimitada diversión.
Son ya míticas algunas de las composiciones de Lautrec que se pueden ver en esta exposición como las que reflejan al soberbio cantante Aristide Bruant con bufanda y sombrero o la de la diva Jane Avril bailando el can-can «como una orquídea en delirio», según la definió Maurice Joyant. Pinceladas de originalidad en un mundo que lo necesitaba, y que sin duda lo sigue necesitando.Aquella modernidad fue una verdadera explosión para el arte parisien que supuraba libertad y reivindicaba los placeres prohibidos mientras en la calle, la revolución industrial transformaba la sociedad a pasos agigantados aunque menos frenéticos que en aquellos templos de ilimitada diversión.
La exposición de litografías Toulouse-Lautrec y los placeres de la bélle-epoque se puede ver hasta el 6 de mayo de 2018 en la Fundación Canal de Isabel II de Madrid (C/ Mateo Inurria, 2). Entrada gratuita.
Tags
Exposiciones