Los Limones, una de las grandes actuaciones en las fiestas de Betanzos
Carlos Arévalo
Cuarenta años de carrera, una docena de discos y miles de actuaciones por toda España avalan al artista gallego Santi Santos, fundador y voz del grupo musical Los Limones. Y anoche, en la plaza de la Constitución de Betanzos, bajo el balcón del Ayuntamiento, volvió a demostrar su vigencia, convertido en una de las escasas figuras que resisten inagotablemente sobre los escenarios desde aquellos agitados años ochenta.
Acompañado por tres magníficos músicos, el líder de la histórica banda gallega ofreció a lo largo de hora y media, un amplio repertorio que incluyó una selección de temas propios entre los que no faltaron El canto de la sirena o Ferrol, éxitos incontestables de la historia del pop español así como numerosas versiones de clásicos de siempre adaptadas a su inconfundible estilo donde prevalece su tan característico como pegadizo toque country.
En una más que agradable noche estival, sonaron temas tan diferentes como La raja de tu falda de Estopa o Las coplillas de las divisas que popularizó Lolita Sevilla gracias a la película Bienvenido Mr. Marshall, y es que la originalidad siempre ha sido uno de los sellos de distinción del cantante ferrolano. La capacidad de adaptación a los nuevos tiempos y gustos musicales es otra de las virtudes de Santos, que también incluyó covers de artistas de moda como Aitana o Sebastián Yatra llevados elegantemente a su terreno.
Las canciones más coreadas por los numerosos asistentes, entre los que se encontraban tanto admiradores incondicionales como nuevas generaciones, fueron sus acertadas interpretaciones de temas que hace décadas burlaron la barrera del tiempo convirtiéndose en himnos eternos como Pero a tu lado de Los Secretos o La chica de ayer de Nacha Pop que en la voz redonda y curtida de Santi y arropadas por su inseparable armónica, sonaron de manera formidable.
El precioso bolero Coruña, que en su día grabó el cantante romántico Jorge Sepúlveda y que un servidor le descubrió hace años, ya es una pieza habitual en sus conciertos, y ayer tampoco faltó. También hubo tiempo para un particular tributo a algunos de sus paisanos, artistas que lo precedieron como Andrés do Barro del que recordó Corpiño xeitoso y el tan popular O tren o Los Tamara con su gran éxito A Santiago voy así como una aclamada versión del Himno Gallego de Pondal.
Frente a un público totalmente rendido ante el encanto de Los Limones, se despidieron de Betanzos, la Ciudad de los Caballeros, en la que curiosamente Santi vivió durante ocho años antes de regresar a su Ferrol natal, «donde se acaba el mar» como reza su legendaria composición. Al apagarse las luces, otra vez de vuelta a la carretera por la que lleva transitando desde 1984 y por la que, a pesar de los baches, ha sabido llegar allá donde lo han llamado para hacer feliz a su público, manifestando en cada concierto un absoluto respeto y amor por el oficio de cantar.